ACADÉMICA
Se recibió de abogado estudiando en la cárcel, y el juez que lo condenó dirigió su trabajo final
Dir. de Comunicación Institucional | 14-07-2023 20:39
Es el primer alumno de la UNS en graduarse privado de su libertad. Rindió 34 materias en tres años y dos meses. “Es un ejemplo de que la verdadera inclusión en la Universidad puede producirse aún en los contextos más complejos cuando hay voluntad y trabajo de las instituciones”, valoró el rector Daniel Vega.
Nicolás expone en el examen final ante el doctor Pedro Doiñy Cabré, y ante la mirada de un agente del Servicio Penitenciario Bonaerense
Luego de 35 exámenes finales a lo largo de 4 años, este viernes rindió su última materia para obtener su título de Abogado Nicolás Avots Sugimoto, un interno de la Unidad Penitenciaria N° 19 de Saavedra. Así, se convirtió en el primer alumno de la UNS en graduarse en contexto de encierro. La historia además tiene una particularidad: el docente que dirigió su trabajo final de carrera fue el juez que dictó la sentencia en su caso y lo condenó a prisión. Con él realizó una tesina llamada "Incompatibilidad del Dolo Eventual como responsabilidad penal subjetiva en el ordenamiento jurídico argentino".
Nicolás es oriundo de Buenos Aires, de donde llegaron su madre y su hermano menor para festejar con él. Comenzó sus estudios en junio de 2019 y rindió su primer final en octubre de ese año, pero cuando había rendido sólo dos materias llegó la pandemia y puso un freno. El resto fue de marzo de 2021 a la fecha: rindió 34 materias en tres años y dos meses. Según explica, restan 4 años y 9 meses para que recupere la libertad, condenado por un accidente de tránsito con dolo eventual. El juez Gabriel Giuliani –actualmente a cargo del juzgado correccional N°1 de Bahía Blanca- fue antes integrante del tribunal oral de Tres Arroyos que lo condenó en uno de los primeros casos en el país en que se aplicó el dolo eventual por muertes en accidentes de tránsito. El viernes 14 a las 17 rindió su último final (Derecho Ambiental y de los Recursos Naturales) en el campus de Palihue y se sacó un 10.
“Finalizar la carrera significa haberme formado en una apasionante profesión, comprendiendo que a pesar de las adversidades que uno tenga, se puede lograr. De los momentos más difíciles aprendí las enseñanzas más grandes", fue la breve declaración que pudo hacer previo al examen, ya que en el momento el Servicio Penitenciario Bonaerense no le permitió contacto con los medios.
“El de Nicolás es un ejemplo de que la verdadera inclusión en la Universidad puede producirse aún en los contextos más complejos cuando hay voluntad y trabajo de las instituciones”, valoró el rector Daniel Vega. “Yo quiero destacar el trabajo sostenido de todo el Departamento de Derecho en su conjunto, del Servicio Penitenciario Bonaerense y de todos los docentes y alumnos que entienden que la educación es la herramienta que tiene más posibilidades no sólo de bajar la reincidencia, sino de cambiar una vida y hacer una sociedad mejor, más inclusiva, con oportunidades para todos, aún lejos de Bahía Blanca y en una unidad del servicio penitenciario”, agregó el rector.
A su vez, el rector anticipó que "estamos trabajando en nuevas carreras, como una diplomatura que tiene que ver con el medio ambiente, y la idea es seguir incrementando la oferta educativa, entendiendo que es importante tener carreras cortas, por las restricciones que tiene la educación en contexto de encierro".
“Históricamente las muertes ocasionadas en accidentes de tránsito eran tratadas como homicidios culposos. En caso de Avots fue uno de los primeros en que se utilizó la figura del Dolo Eventual para llegar a una condena de homicidio simple. Por eso esa sentencia se tomó jurídicamente como leading case en la provincia de Buenos Aires. Ahora, desde el año 2017, el Código Penal incorporó expresamente la figura de conducción temeraria, que tiene pena menor al homicidio simple y eso motivó al alumno a hacer su trabajo final sobre ese tema que tuvo como director al propio juez que lo sentenció", explica el abogado Santiago Garrido, uno de los docentes del “Programa de Educación en Contextos de Encierro” que funciona en la UNS desde el 2018 y del que participa desde que era alumno. Él realiza su trabajo junto a la coordinadora actual del programa, la estudiante Aldana Nungeser y un grupo de alumnos avanzados que cumplen el rol de tutores. El programa tiene 150 estudiantes entre las unidades penitenciarias N° 4 de Bahía Blanca y N° 19 de Saavedra.
“Este momento es la materialización de muchos años de trabajo conjunto entre la UNS y del Servicio Penitenciario Bonaerense, como así también un reconocimiento para muchísimos alumnos de abogacía que voluntariamente y con mucha constancia han desarrollado la tarea de coordinación de reuniones de estudios a lo largo de estos años”, agregó Garrido.
“Todavía hay mucho por hacer y mejorar, pero mirando en retrospectiva, me emociona pensar que donde hace unos años había depósitos vacíos, ahora existen aulas, pizarrones, libros y computadoras que ofrecen la oportunidad de acceso a un título a las personas privadas de la libertad. Es importante entender que este tipo de programas no sólo beneficia a los que estudian, sino también a toda la sociedad en su conjunto, ya que hace un aporte real y concreto para la baja del delito que, en definitiva, es algo que todos anhelamos y necesitamos en los tiempos actuales”, sumó este docente, que participa en iniciativas de este tipo hace dos décadas, cuando aún era alumno.
El estudio en contextos de encierro
En la actualidad cerca de mil privados de libertad alojados en dependencias del Servicio Penitenciario Bonaerense transitan carreras universitarias de Derecho, Comunicación Social, Sociología, Profesorado de Historia o Trabajo Social, en acuerdo con las Universidades Nacionales de La Plata, Mar del Plata, San Martín, Sur y del Centro.
En Argentina la educación en las unidades penitenciarias está garantizada por la Ley N° 26695 de Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad, que establece que “Todas las personas privadas de su libertad tienen derecho a la educación pública. El Estado nacional, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen la responsabilidad indelegable de proveer prioritariamente a una educación integral, permanente y de calidad para todas las personas privadas de su libertad en sus jurisdicciones, garantizando la igualdad y gratuidad en el ejercicio de este derecho, con la participación de las organizaciones no gubernamentales y de las familias”.
En la UNS el Programa de Educación en Contextos de Encierro (Res. CSU 681/19) establece que “la educación en contextos de encierro constituye una herramienta fundamental para brindar oportunidades reales de formación a quienes, en muchos casos, por encontrarse en situaciones de vulnerabilidad han sido excluidos y perjudicados gravemente por problemas sociales estructurales. Asimismo, constituye una herramienta valiosa para contribuir al objetivo de facilitar la reinserción social y evitar la reincidencia en el delito”.