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Este es uno de los títulos honoríficos que entregan algunas universidades a docentes e investigadores e investigadoras que a la edad de jubilarse acrediten una trayectoria destacada en su campo de conocimientos. Además de una distinción implica que pueden seguir desempeñando funciones docentes, de dirección de tesistas y grupos de investigación, de asesoramiento, entre otras.

El acto se realizó en el salón principal de avenida Alem 1253, con la presencia de autoridades, docentes, discípulos de ambas, otros profesores extraordinarios, colegas, familiares y amigos.

Las palabras de apertura estuvieron a cargo del director decano del Departamento, ingeniero Juan Carlos Schefer, quien valoró la posibilidad de reencontrarse luego de la distancia que impuso la pandemia y sobre todo, de hacerlo para una circunstancia tan significativa para esa unidad académica como es el reconocimiento a dos de sus docentes. El doctor Daniel Félix ofició como padrino de la doctora Bambill y el doctor Ballabén de la doctora Rosales. Los padrinos tienen a su cargo el símbolo del “elogio”, o “laudatio”, como es su nombre original en latín. Mediante el mismo, en las universidades medievales, se ponía a consideración de los integrantes de la universidad los méritos de los candidatos a un nuevo título.

“Es una satisfacción para la Universidad Nacional del Sur confirmar –porque lo sabemos- que nuestros docentes e investigadores están dentro de las élites científicas de nuestro país. Pero como siempre, a uno le agrada que se lo digan. Por eso, los dictámenes de los especialistas que evaluaron los antecedentes de las doctoras Bambill y Rosales son un gran motivo de orgullo para nosotros”, destacó el rector, doctor Daniel Vega.

“Tengo que decir, además, que no es habitual que las designaciones de profesores consultos requieran evaluaciones externas. En varias Facultades de la UBA y de la Universidad Nacional de La Plata, por citar sólo dos ejemplos, sólo se requiere para su designación la propuesta del consejo directivo y la aprobación del Consejo Superior. Este dato también muestra que como en muchas otras cosas, los estándares de calidad que en esta universidad nos imponemos a nosotros mismos están por encima de la media”, agregó.

Además, destacó que son las dos primeras mujeres en recibir este reconocimiento en el Departamento de Ingeniería.

“En mi nombre, y en el de toda la Universidad a la que circunstancialmente represento, sólo me cabe agradecerles por tantos años de trabajo y esfuerzo, en buenas y en malas condiciones, y su dedicación para que esta Casa sea algo de lo que hoy, a pesar de sus carencias y contradicciones, sea algo grande y bueno, algo de lo que todos podemos estar orgullosos. Por eso, muchas gracias”, concluyó.

Luego, ambas agradecieron este homenaje. “Estoy infinitamente agradecida porque esta es la universidad donde me formé, donde fui docente, donde he conocido tanta buena gente. Quiero agradecer a mis padres, a mi esposo y a mis hijos, y a todos ustedes. Ha sido muy lindo todo esto, hice una carrera hermosa con todos ustedes, donde siempre trabajé muy a gusto. No quiero olvidarme del doctor Patricio Laura, que fue mi maestro y amigo. Estoy sumamente agradecida”, dijo la doctora Bambill sumamente emocionada.  

A su turno, la doctora Rosales agregó “sé que mis compañeros y mis alumnos siempre me consideraron muy exigente, pero soy de las que creen que las cosas hay que hacerlas con esfuerzo y con responsabilidad. Siempre hice todo pensando en lo mejor para mis alumnos y para la universidad. Agradezco al doctor Carlos Filipich por su orientación, su guía y su paciencia. A mi familia y a mi esposo, que siempre valoró mi tarea. Yo considero a esta MI universidad, y este homenaje me llena de agradecimiento".