Un día después del nacimiento de un bebé de una madre fallecida 105 días antes, el equipo médico del hospital San José de Lisboa ha explicado el proceso durante todo este tiempo, aunque ha habido más palabras emotivas que argumentos médicos. La jefa de la Unidad ha señalado que los médicos lloraron cuando el niño, de 2,3 kilos nació 105 días después de haber muerto su madre.
“La incubadora fue su madre; donó el cuerpo a su hijo”, ha declarado este miércoles, Gonçalo Ferreira, presidente de la Comisión de Ética del hospital de San José. Esta comisión decidió la continuidad del embarazo pese a que la madre murió el 20 de febrero. La familia aceptó continuar con el embarazo, pero el ministerio fiscal estaba preparado para asumir la tutela legal en el caso de que el padre de la niña o el resto de la familia renunciaran.
Era el segundo hijo de la madre S., de 37 años de edad, pero el primero de su última pareja; paciente de oncología, antes de morir reiteró que quería seguir con el embarazo, esta voluntad más la buena salud del feto determinó a los médicos continuar con el embarazo, según Ferreira.
“Era una situación inédita”, “un fenómeno de vida”, los médicos que participaron en el mantenimiento del embarazo durante estos cuatros meses y en el feliz parto, dieron hoy miércoles una conferencia de prensa, en donde se emplearon más expresiones sentimentales que médicas. “Una historia de contrastes”, señaló otro de los médicos, que reconocieron que lloraron en el parto.
“La madre fue una incubadora viva que donó su cuerpo a su hijo”, añadió el doctor Ferreira. Los médicos contactaron con el Ministerio Público para que de “forma inédita aceptara tutelar autónomamente esta vida fetal en el caso de que hubiera contraindicaciones, porque los padres no son dueños de los hijos”, según Ferreira.
El niño que nació en la tarde del martes está en la Unidad de Cuidados Intensivos, ya que nació a las 32 semanas de gestación, aunque con un peso por encima de lo habitual en este tiempo (2.350 gramos). Si continúa el proceso normal, a final de mes saldrá de la unidad y podrá ser llevada a casa de su padre.
Durante este tiempo en la madre ha estado con muerte cerebral, su cuerpo fue alimentado hormonal y nutricionalmente, “con sustancias existentes en el organismo humano en condiciones normales”, según la obstetra que participó en el proceso. La monitorización y la sustitución de funciones básicas de la mujer fueron las mayores dificultades del proceso, según ha declarado Susana Afonso, de la Unidad de Neurocríticos.
Afonso reconoció que en estos 105 días hubo complicaciones. “Cuestiones infecciosas que se diagnosticaron precozmente y que fueron tratadas”. El bebé, niño, ya ha pasado todas las pruebas médicas y ecografías y “hasta el momento no revela secuelas importantes, aunque no nos podemos comprometer con el futuro del bebé. De momento, con las pruebas realizadas no se ven lesiones. Solo con 40 o 42 semanas se hará una resonancia magnética cerebral que precisará la eventualidad de daños cerebrales”, señaló la directora de la unidad de neonatología, Teresa Tomé.
El bebé nació a las 32 semanas de gestación, "sin complicaciones" y por cesárea, según han señalado el equipo de Obstetricia y la unidad de Neurología del Hospital Central de Lisboa. La mujer había sido declarada con muerte cerebral el 20 de febrero "después de la aparición de una hemorragia intracraneal".
"Después de recibir el dictamen del Comité de Ética y del Hospital de Lisboa, la dirección decidió de manera concertada con la familia de la madre y el padre del niño, el mantenimiento del embarazo hasta las 32 semanas con el fin de garantizar la viabilidad del feto”, comunicó el hospital en la tarde del martes. El centro nombró un consejo científico para vigilar el proceso y en cuya composición se integró un representante de las asociaciones de médicos, uno del Comité de Ética, un equipo de cuidado obstétrico y otro de intensivistas.
El pasado abril, otro bebé nació en Polonia de una madre que llevaba 105 días en estado de muerte cerebral.
Se han dado casos similares en otros países. En Hungría nació en 2013 una niña de una madre que también llevaba 12 semanas con muerte cerebral, en este caso el bebé alcanzó las 27 semanas de gestación y pesó 1,4 kilos. En España, en el año 2000, nació otro bebé en Gijón, casi dos meses después de que se declarara clínicamente muerta a su madre. Nació a las 29 semanas de gestación y pesó 1,29 kilos.