El primer bebé bahiense concebido por fertilización asistida en el laboratorio de un sanatorio público, el Hospital Penna, nacerá este martes a las 8 en ese mismo lugar, hijo de Soledad Gallardo y Adrián Corvalán.
Su nombre es todo un conflicto para este matrimonio que venía luchando por un hijo desde hacía 12 años: su mamá quiere llamarlo León Samuel. “Porque Samuel significa pedido a Dios”, explica. Pero su papá, fanático de San Lorenzo y del Papa Francisco, asegura que lo anotará como “Francisco”.
Como sea, en pocas horas estará en brazos de “Sole”, que pasó un embarazo difícil por una enfermedad en la placenta. Prácticamente estuvo en reposo desde los 4 meses de gestación. Y desde el 26 de marzo está internada en el Penna para recibir los controles necesarios.
“Nunca dudé que mi hijo iba a nacer en este sanatorio. Agradezco al equipo de fertilización y a todos los médicos y enfermeros que ahora me están cuidando como si fuera de su familia”, señala.
León debutará como el primero en nuestra ciudad concebido con ayuda de la unidad de fertilización del Penna, que desde el año pasado lleva a cabo tratamientos de alta complejidad.
“Para mí, esto fue un doble milagro. Primero el embarazo, que nos parecía mentira. Luego el reposo y los momentos difíciles. Siento que Dios estuvo de mi lado siempre, que cuando le he pedido me ha escuchado”, reflexiona esta feliz mamá.
Quien también opinó fue la jefa de la unidad de fertilización, la bióloga Patricia Failo.
“Estamos muy esperanzados. Todos los embarazos que se han logrado en nuestra unidad representaron grandes noticias para todo el equipo”, dijo.
En 2011, ya vigente la ley, el ministerio de Salud designó al Penna de Bahía Blanca como centro de atención de Fertilización Asistida.
“Se comenzó realizando tratamientos de baja complejidad y aquellos de alta fueron derivados al Centro Ameris. Tres años después se decidió que nuestro hospital sea el primero en contar con un laboratorio de reproducción asistida de alta complejidad teniendo en cuenta que se contaba con el recurso humano necesario”, recordó.
En 2015 se creó el laboratorio de Reproducción Asistida con equipamiento de última generación y se formó la primera unidad que trabaja en pos de la fertilización asistida en el sector público del país.
Adrián y Soledad fueron los primeros en recibir la noticia de que el tratamiento había sido exitoso. Durante muchos años se sintieron desahuciados. Casi sin esperanzas, decidieron someterse a un último intento con un procedimiento íntegramente realizado en el Penna, justo enfrente de la verdulería que el futuro papá tiene desde hace muchos años.
“Soy cristiana, creo en Dios, pero también en la ciencia y en la sabiduría concedida a estos profesionales, entre ellos las doctoras Guillermina Santos, Vanesa Fuentes, y Patricia Failo. Hasta Graciela, la secretaria, mostró un compromiso increíble”, se sinceró Soledad, de 35 años.
Adrián, un “enfermo” de San Lorenzo que sí tuvo hijos de un matrimonio anterior, sostuvo: “Hay que sacarse el sombrero con este hospital”.
“Desde siempre en el negocio se escuchan historias increíbles, milagros de los pacientes y de los médicos. Ahora me tocó en carne propia, logramos un embarazo sin un solo centavo. Un tratamiento de fertilización en el ámbito privado es carísimo, imposible de pagar para cientos de familias que buscan un bebé. Estamos eternamente agradecidos a la ley”, dijo, para agregar: “Lamento que siempre se refleje lo malo, cuando lo bueno supera todo”.