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Desde fines de febrero del corriente año la UNS participa de un programa internacional para fortalecer las capacidades de investigación e innovación en las universidades jóvenes latinoamericanas y fomentar estrategias innovadoras de colaboración entre las instituciones académicas y los actores socio-económicos regionales claves.

Se trata del proyecto I2 LATAM, una iniciativa de del Programa Erasmus+ de la Unión Europea, orientado a apoyar la educación, la formación, la juventud y el deporte con el fin de alcanzar la Estrategia Europa 2020 para el crecimiento, el empleo, la justicia social y la inclusión. La iniciativa tiene una financiación cercana a los 950 mil euros aportados por la UE y contrapartes de las demás instituciones por casi 100 mil euros más.

Por la UNS la coordinación está a cargo de la doctora Verónica Bucalá, profesora del Departamento de Ingeniería Química y directora de la Planta Piloto de Ingeniería Química (UNS-CONICET).

Según explicó la científica, “el proyecto nos desafía a establecer líneas prioritarias de investigación, basadas en las capacidades existentes universidad, que contribuyan al desarrollo territorial. Para ello, tenemos que entender las necesidades del entorno relacionándonos con actores externos a la universidad, particularmente aquellos ubicados en nuestra región”.

Las demás instituciones socias de este consorcio son las universidades de La Sabana, Magdalena y Caldas (de Colombia), de Lima y Católica de San Pablo (Perú) Panamericana y Autónoma de Puebla (México), de Dublin (Irlanda), de Santiago de Compostela (España), de Aveiro y de Porto (Portugal). También participa Moverim Consulting, de Bélgica.

Acciones locales

El objetivo del proyecto es mapear las capacidades institucionales y  con las oportunidades regionales, así como también la creación o consolidación de espacios de intercambio de conocimientos, utilizando como ejemplo modelos europeos exitosos.

Por eso, una de las acciones estratégicas es estimular la relación con actores socioeconómicos claves. A nivel regional, los participantes mantuvieron encuentros con diversos sectores como el Puerto y representantes de organizaciones productivas y el sector público para la identificación de iniciativas de investigación e innovación colaborativas.

“Por mencionar un ejemplo, con el Puerto de Bahía Blanca se han identificado algunas líneas de investigación de interés mutuo: cadenas de suministro, impresión 3D, huella de carbono y análisis de ciclo de vida. PLAPIQUI se comprometió a impulsar el encuentro entre investigadores y los líderes técnicos de cada área del Puerto”, ilustró la investigadora.

A largo plazo, se espera que el intercambio de conocimiento, experiencias y buenas prácticas de gestión pueda contribuir a la inserción de la región latinoamericana en la dinámica global de investigación e innovación.

“Paquetes de trabajo”

Según explica la investigadora, el trabajo se organiza en “paquetes” o “work packages” con objetivos y acciones particulares.  El primero incluye el análisis y el mapeo tanto de las capacidades internas de las instituciones participantes como de las oportunidades externas, lo que resulta en la definición de un conjunto de focos que orientan la investigación y la colaboración con el sector socio-productivo.

A partir de allí se inicia otro “paquete”, que es el diseño y la implementación de espacios de intercambio de conocimientos que permitirán una interacción más organizada y dinámica entre las instituciones científicas y los actores regionales en temas específicos. Luego, la tercera etapa implica el seguimiento de la actividad y la identificación de las iniciativas a abordar conjuntamente, lo cual permitirá definir un conjunto de proyectos de colaboración que se desarrollarán y debatirán más a fondo entre los investigadores. Estos proyectos podrán contar con financiamiento adicional de fondos locales, nacionales o internacionales.

Otro paquete se orienta al trabajo con los “líderes institucionales” para descubrir cómo implementar estos cambios. Luego se llevan adelante capacitaciones para el desarrollo de cada proyecto, su seguimiento y evaluación, y la divulgación de las tareas realizadas y los objetivos alcanzados.

“La comparación de los mapas de capacidades y oportunidades permite definir algunas áreas estratégicas o especializadas para que cada institución trabaje con su región, y la interacción con Universidades maduras en el uso de las estrategias mencionadas, permite conocer modelos exitosos de espacios de intercambio de conocimientos implementados en Europa y América Latina”, agregó Bucalá.

Puntualmente, la UNS es co-coordinadora del paquete 2, con una asignación particular de casi 70 mil euros para tareas de coordinación y gestión, administrativas y técnicas, movilidad, viáticos, y equipamiento.